Entre
1997 y 2003, la OMS llevó a cabo un estudio sobre el patrón de
crecimiento con el fin de determinar un nuevo conjunto de curvas
destinadas a evaluar el crecimiento y el desarrollo motor de los
lactantes y niños de 0 a 5 años. Los
patrones de referencia que existían hasta esa fecha únicamente,
servían de base para realizar comparaciones; no permitían realizar
evaluaciones ni juicios.
En el marco del EMPC
se obtuvieron datos básicos sobre el crecimiento e información de
unos 8.500 niños de muy distintos orígenes étnicos y entornos
culturales (Brasil,
Estados Unidos de América, Ghana, India, Noruega y Omán)
por lo que tiene validez mundial. Su
finalidad es vigilar el crecimiento de todos los niños en todo el
mundo, con independencia de su etnia, nivel socioeconómico y tipo de
alimentación.
La
estrategia se basa en el hecho demostrado de que la
nutrición desempeña una función fundamental en los primeros meses
y años de vida y en la importancia de las prácticas de alimentación
adecuadas para lograr una salud óptima.
Si no recibe leche materna, pueden generarse en el niño factores de
riesgo que predisponen a una salud deficiente. Pueden producirse los
siguientes efectos que afectan al resto de la vida: rendimiento
escolar deficiente, productividad reducida, desarrollo intelectual y
social deficientes o enfermedades crónicas.
En
muchos países en desarrollo, los
lactantes con crecimiento insuficiente sufren desnutrición de niños;
si en un momento posterior de su vida aumentan el consumo de
alimentos calóricos, como hidratos de carbono, grasas, etc., podrían
sufrir sobrepeso u obesidad.
Los
patrones de crecimiento infantil son un nuevo instrumento fundamental
para vigilar el crecimiento del lactante y el niño pequeño. Son, en
este sentido, un medio de defensa de la protección,
fomento y apoyo de la lactancia materna y de una alimentación
complementaria adecuada.
Los
patrones de crecimiento infantil de la OMS fijan nuevas e importantes
«normas» relativas a la atención, nutrición y salud de los niños;
por ejemplo:
1.
Es
importante cuidar
la alimentación durante toda la infancia:
debe apoyarse, protegerse y fomentarse la práctica saludable de la
lactancia materna durante los seis primeros meses y debe
proporcionarse a los niños alimentos inocuos, saludables y
nutricionalmente adecuados durante el periodo de alimentación.
2.
Todos
los lactantes y niños pequeños deben tener disponibilidad y acceso
a la vacunación y a una buena atención de salud,
y sus familias y las comunidades en las que viven deben hacer todo lo
posible para garantizar una gestación correcta.
3.
Las
mujeres embarazadas
y las madres no deben consumir tabaco.
Estos
nuevos patrones podrán ser utilizados por profesionales
de la salud, nutricionistas, y familias.
Se utilizarán como instrumentos para ayudar a vigilar el estado
nutricional de las comunidades y alertar a los profesionales de la
salud y a los responsables de la elaboración de políticas de la
existencia de tendencias perjudiciales para la salud en la población.
Como
conclusión,
podemos decir que estas
nuevas curvas de crecimiento proporcionan una referencia
internacional única que corresponde a la mejor descripción del
crecimiento fisiológico de todos los niños menores de cinco años.
También establecen la alimentación con leche materna como modelo
normativo de crecimiento saludable y desarrollo de los lactantes.
Fuente: www.who.int/es/
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