1.-
INTRODUCCIÓN
1.1
Historia
El maltrato a menores
aparece con el hombre mismo. Todas las civilizaciones lo han
presentado y está íntimamente ligado a factores sociales,
políticos y religiosos, esta relación obliga a ubicarnos en el
contexto de la cultura que se trate, lo que resulta verdaderamente
grave, ya que Aristóteles decía que un hijo era propiedad y nada
de lo que se haga con la propiedad es injusto, por lo tanto no se
reconoce el problema como maltrato, o bien en las sociedades china e
hindú el infanticidio era un método de control de la natalidad y
una forma de eliminar a niños recién nacidos con malformaciones
físicas o daño cerebral por ser considerados instrumentos del mal,
en algunas otras sociedades niñas eran sacrificadas por no
contribuir a la economía familiar.
Es así como el castigo ha
tomado un sentido más que educador que llena de resentimientos a
los niños, en toda la crianza de los niños no hay asunto que
suscite emociones diversas tan fuertes como el castigo, algunos
piensan que el castigo es el único método confiable de disciplina
(Williamson, 1992).
No hay forma de que el
castigo sea placentero, es doloroso en el aspecto físico, mental o
emocional y tiene consecuencias en los grupos vulnerables.
Los niños y las niñas
forman uno de los grupos denominados vulnerables. Se considera que
un grupo vulnerable es aquel que por razón de la edad, sexo, raza,
color, idioma, religión, opiniones políticas, origen nacional o
posición económica, nacimiento, características físicas o
culturales están en mayor riesgo de sufrir de discriminación,
disminución o negación de sus derechos fundamentales (Pérez,
2006).
1.2 Legislación
El
primer paso dado en reconocimiento de los derechos de los niños se
realiza con la Declaración de los Derechos del Niño de 20 de
noviembre de 1959. No obstante, el instrumento normativo más
importante lo constituye la Convención sobre los Derechos del Niño,
de 20 de noviembre de 1989, por el cual los Estados se comprometen a
respetar los derechos y deberes de los niños, pasando a formar
parte del derecho interno del país. En el marco nacional, el
artículo 39 de la Constitución sostiene la protección integral y
asistencia
de
los niños. Se reconoce el derecho de los niños a recibir la
atención social que precisan, cuya obligación recae, en primer
lugar en los padres, y de forma subsidiaria en el Estado. En el
ámbito legal, la estructura jurídica de los derechos de los niños
en España queda conformado por la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de
enero, de Protección Jurídica del Menor. La ley se acoge a la
corriente legislativa que tiene como base un mayor reconocimiento
del papel que los menores desarrollan en la sociedad actual, con el
objetivo último de consagrar el interés superior de los mismos.
1.2
Diferencia entre maltrato y abandono
La
Asamblea General de la ONU (1989)
definió el maltrato infantil como "toda forma de violencia,
perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente,
malos tratos o explotación mientras que el niño se encuentra bajo
custodia de sus padres, de un tutor o de cualquier otra persona que
le tenga a su cargo" El
maltrato infantil es normalmente una conducta inadecuada y repetida
de los padres o tutores hacia el niño o el abandono del niño por
los padres o tutores, y que causa al niño lesiones o daño físico.
Abandono es la falta de
atención a las necesidades básicas de un niño.
1.3 ¿Por qué
el maltrato?
Es
difícil imaginar que alguien pueda hacer daño a un niño
intencionadamente. Muchas veces el maltrato físico es el resultado
de una disciplina física inadecuada o excesiva y una falta de
conocimiento de la fuerza utilizada. No es extraño que las personas
que han sufrido maltratos se conviertan en agresores. Para ellos esta
conducta es simplemente la forma en la que se criaron y la única que
conocen.
La falta de conocimiento de
cómo ser padres, las expectativas irreales para con los niños, las
crisis familiares frecuentes, la pobreza, las discapacidades físicas,
el estrés, la falta de sistemas de apoyo en la comunidad, el abuso
de sustancias tóxicas, los problemas de salud mental y la violencia
doméstica en el hogar son factores de riesgo que contribuyen al
maltrato y al abandono infantil.
2.-Maltrato
físico
2.1
¿Qué y cómo es?
Es
un daño intencional producido a los niños que incluye: sacudidas,
palizas, quemaduras, intoxicaciones y otras lesiones que según el
grado pueden causar daños físicos o en el desarrollo permanentes e
incluso la muerte.
2.2
Indicadores
-Contusiones,
heridas, cicatrices y quemaduras:
Lesiones
múltiples o de muchos tipos, que no coinciden con la historia
proporcionada y que aparecen de forma reiterada. Suelen localizarse
en zonas donde no es frecuente accidentalmente, zonas no prominentes,
y de forma extensa, en varias áreas y simétricas muchas veces.
Suelen reproducir formas geométricas o del objeto.
-Mordeduras:
Reproducen
la forma de la mordedura humana, son recurrentes ya sean aisladas o
múltiples
-Lesiones
osteo-articulares:
Cualquier
fractura o luxación en niños menores de 2 años, en niños mayores
suelen se fracturas múltiples asociadas a lesiones cutáneas
normalmente y sus mecanismos de producción no concuerdan con las
capacidades del niño por su maduración.
-Lesiones
orgánicas internas:
Las
intracraneales, producidas por supuestas caídas sin testigos;
desprendimientos de retina o hemorragias oculares; hematoma pulmonar,
edemas, desgarro hepático…
3.-
Abandono o negligencia física
- ¿Qué y cómo es?
Se
define como «aquella situación donde las necesidades físicas
(alimentación, vestido, higiene, protección y vigilancia en las
situaciones potencialmente peligrosas, educación y / o cuidados
médicos) y cognitivas básicas del menor no son
atendidas temporal o permanentemente por ningún miembro del grupo
que convive con el-niño». La definición se centra de manera muy
evidente en las necesidades del niño que no son cubiertas y no tanto
en los posibles comportamientos de los padres.
- Indicadores
Los
Indicadores que pueden aparecer en el niño serían los siguientes:
1.
Alimentación: no se le proporciona la alimentación adecuada. Está
hambriento.
2.
Vestido: vestuario inadecuado al tiempo atmosférico. El niño no va
bien protegido del frío.
3.
Higiene: constantemente sucio, escasa higiene corporal.
4.
Cuidados médicos: problemas físicos o necesidades médicas no
atendidas o ausencia de cuidados médicos rutinarias.
5.
Supervisión: un niño que pasa largos períodos de tiempo sin la
supervisión y vigilancia de un adulto. Se producen repetidos
accidentes domésticos claramente debidos a negligencia por parte de
los padres o cuidadores del niño.
6.
Condiciones higiénicas y de seguridad del hogar que son peligrosas
para la salud y seguridad del menor.
7.
Area educativa: inasistencia injustificada y repetida a la escuela.
8.
Estimulación cognitiva: ausencia de estimulación suficiente para la
edad, demandas y necesidades del niño/a. El criterio para señalar
la existencia de negligencia viene determinado en gran medida por su
cronicidad.
4.-
Maltrato o abandono emocional
4.1
¿Qué y cómo es?
Por Maltrato Emocional se
entiende "La Hostilidad verbal crónica en forma de insulto,
desprecio, crítica o amenaza de abandono y constante bloqueo de las
iniciativas de interacción infantiles (desde la evitación hasta el
encierro o confinamiento) por parte de cualquier miembro adulto del
grupo familiar".
Por Abandono Emocional se
entiende "La falta persistente de respuesta a las señales
(llanto, sonrisa), expresiones emocionales y conductas procuradoras
de proximidad e interacción iniciadas por el niño y la falta de
iniciativa de interacción y contacto por parte de una figura adulta
estable"
4.2
Indicadores
El
maltrato emocional comprendería las siguientes conductas:
1.
Rechazo. Implica actos verbales o no verbales de los padres
que rechazan o degradan al niño. Incluye:
.
Despreciar, degradar y otras formas no físicas de tratamiento hostil
.
Humillacion pública
2,Aterrorizar.
Se refiere a situaciones en las que se amenaza al niño, con un
castigo extremo o uno vago pero siniestro, con abandonarle o matarle,
con el propósito de crear en él un miedo intenso. O colocar al niño
o a personas/ objetos a los que el niño quiere, en situaciones
evidentemente peligrosas.
.
Colocar al niño en circunstancias impredecibles o caóticas.
.
Amenazar o cometer violencia contra el niño.
3.
Aislamiento. Se refiere a negar permanentemente al niño las
oportunidades para satisfacer sus necesidades de interactuar y
comunicarse con otros niños o adultos, dentro o fuera del hogar.
Por
su parte,el abandono emocional comprendería las siguientes
conductas:
1-
Ignorar. Se refiere a los actos de los padres que
ignoran los intentos y necesidades del niño de interactuar (ausencia
de expresión de afecto, cuidado y amor hacia el niño) y no reflejan
ninguna emoción en las interacciones con él.
2-
Rechazo de atención psicológica.
Rechazo de los padres a iniciar un tratamiento de algún problema
emocional o conductual severo del niño,
existiendo
acceso a un recurso de tratamiento que ha sido señalado como
necesario por profesionales competentes.
3-
Retraso en la atención psicológica.
Los padres no proporcionan o buscan ayuda psicológica para
resolver una alteración emocional o conductual del niño ante una
circunstancia extrema en la que es evidente la necesidad de ayuda
profesional.
5.-
Abuso sexual
5.1
¿Qué y cómo es?
Se
define como “cualquier clase de contacto sexual con una persona
menor
de
18 años por parte de un adulto desde una posición de poder o
autoridad
sobre
el niño.” El niño puede ser utilizado para la realización de
actos
sexuales
o como objeto de estimulación sexual.
5.2
Indicadores
Se
pueden expresar en cuatro categorías:
1.
Incesto. Si el contacto físico sexual se realiza
por parte de una persona de consanguinidad lineal o por un hermano,
tío o sobrino.
También
se incluye el caso en que el adulto esté cubriendo de manera estable
el papel de los padres.
2.
Violación. Cuando la persona adulta es otra
cualquiera no señalada en el apartado anterior.
3.
Vejación sexual. Cuando el contacto sexual
se realiza por el tocamiento intencionado de zonas erógenas del niño
o por forzar, alentar o permitir que éste lo haga en las mismas
zonas del adulto.
4.
Abuso sexual sin contacto físico. Se
incluirían los casos de seducción verbal explícita de un niño, la
exposición de los órganos sexuales con el objeto de obtener
gratificación o excitación sexual con ello, y la masturbación o
realización intencionada del acto sexual en presencia del niño con
el objeto de buscar gratificación sexual. Una vez que se establecen
las diferentes tipologías de maltrato infantil se debe tener en
cuenta que en un importante porcentaje de casos se produce un cierto
solapamiento entre ellas. Es frecuente que se den casos en los que
aparezcan simultáneamente el maltrato y el abandono físico, o el
maltrato
físico
y el abuso sexual.
6.-
Síndrome de Münchausen
- ¿Qué y cómo es?
Los padres llevan a los
niños con frecuencia al hospital, inventan síntomas o solicitan
análisis médicos para simular preocupación y cuidado de sus
hijos.
Los padres/madres
cuidadores someten al niño a continuas exploraciones médicas,
suministro de medicamentos o ingresos hospitalarios, alegando
síntomas ficticios o generados de manera activa por el adulto (por
ejemplo mediante la administración de sustancias al niño).
6.2
Indicadores
- Es llevado por su cuidador (habitualmente la madre) a centros médicos (ambulatorios u hospitalarios), con frecuencia distintos y en diferentes ciudades, de forma reiterada.
- Describiendo o exhibiendo la presencia de manifestaciones clínicas, generalmente graves y de comienzo agudo, que suelen corresponder a procesos de urgencia orgánica.
- Los síntomas y signos físicos más frecuentemente relatados u observados son: dolor abdominal, perdida de peso, vómitos, disfagia, diarrea, hematemesis, hematoquecia, rectorragia, úlceras bucales, epistaxis, ataxia, convulsiones, lipotimias, obnubilación y estupor, coma, alucinaciones, movimientos anormales, fiebre, púrpuras, exantemas infecciosos, urticaria/angioedema, lesiones cutáneas, dermatitis vesículo-ampollosas, infecciones cutáneas, hematuria, hipertensión, disnea, crisis apnéicas, hiperventilación, sed excesiva, incongruencia del perfil bioquímico.
- Estas manifestaciones clínicas son persistentes o recidivantes, abigarradas e inhabituales, y difícilmente se pueden encasillar en un cuadro clínico o enfermedad específica.
- Todo ello da lugar a que el niño sufra múltiples ingresos hospitalarios (con frecuencia prolongados), estudios médicos y exámenes complementarios para su diagnóstico y tratamiento.
- Los síntomas y/o signos clínicos que se relatan o que presenta el niño discrepan de la historia clínica, el examen físico y los resultados de los exámenes complementarios, o éstos no aclaran el diagnóstico.
- Generalmente, el cuadro clínico mejora en cuanto el niño ingresa en el hospital. Existe discordancia entre el aparente buen estado de salud del niño y la historia de graves síntomas clínicos y/o la alteración de las pruebas de laboratorio.
- En otras ocasiones se confirma una enfermedad (o se produce la muerte) cuya causa es inexplicable. Los procedimientos terapéuticos, habituales y apropiados, aplicados son inefectivos o no tolerados. El personal sanitario piensa en la posibilidad de hallarse frente a una enfermedad desconocida.
- Los síntomas y/o signos clínicos aparecen solamente en presencia de la madre y no aparecen cuando está ausente! La “prueba de la separación” lo confirma.
7.-
Consecuencias
La
investigación y la evidencia muestran que tanto el maltrato como el
abandono están relacionados con unas consecuencias negativas a corto
y largo plazo en la salud mental y física del niño, en su capacidad
de aprendizaje, en su rendimiento académico y en su desarrollo
social y de comportamiento.
Los
niños que han sido maltratados por lo general tienen más lesiones
físicas y problemas médicos como dolor crónico, dolores
abdominales, asma, problemas de
alimentación,
insomnio y síntomas neurológicos. También pueden sufrir
depresiones o mostrar conductas autolesivas y tener incluso
tendencias suicidas. Y los niños maltratados corren un alto riesgo
de convertirse en perpetradores de
maltratos
y de involucrarse en actividades criminales violentas en el futuro.
Los factores que afectan las consecuencias del maltrato de menores
No
todos los niños abusados o descuidados sufren consecuencias a largo
plazo. Estas consecuencias dependen del caso y pueden ser muy
diferentes de persona a persona. Con frecuencia son el resultado de
una combinación de factores como:
- La edad del niño y la etapa de su desarrollo al momento de ocurrir el abuso o descuido
- El tipo de abuso—abuso físico, negligencia, abuso sexual, etc.
- La frecuencia, duración y severidad del abuso
- La relación entre la víctima y el agresor
Los investigadores han
empezado a investigar por qué, dadas las mismas condiciones, algunos
niños sufren consecuencias a largo plazo mientras que otros salen
relativamente ilesos. La "capacidad de recuperación" es la
habilidad para sobreponerse al abuso y salir adelante después de una
experiencia negativa. Varios factores de protección pueden
contribuir a la capacidad de recuperación de un niño abusado o
descuidado. Entre estos factores se pueden mencionar características
individuales como el optimismo, la autoestima, la inteligencia, la
creatividad, el humor, el entusiasmo y la independencia, así como el
aprecio de los amigos y los compañeros. También juegan una parte
las influencias positivas de los maestros, los mentores y las
personas admiradas. El entorno social del niño y la disponibilidad
de los apoyos concretos en su comunidad pueden ser otros factores.
Pero también es importante que el niño viva en un vecindario
seguro, y que tenga acceso a servicios médicos de calidad y a
escuelas seguras, que son otros factores de protección (Fraser &
Terzian, 2005).
8.-
Prevención
La
prevención del maltrato infantil se establece en tres niveles:
Prevención
Primaria:
dirigida a la población general con el objetivo de evitar la
presencia de factores estresores o de riesgo y potenciar los factores
protectores del maltrato infantil.
Se
incluyen:
- Sensibilización y formación de profesionales de atención al menor.
- Intervenir en la psicoprofilaxis obstétrica (preparación al parto).
Intervenir en las escuelas para padres, promoviendo valores de estima hacia la infancia, la mujer y la paternidad. - Prevenir el embarazo no deseado, principalmente en mujeres jóvenes, mediante la educación sexual en centros escolares y asistenciales.
- Búsqueda sistemática de factores de riesgo en las consultas de niño sano. Así como evaluar la calidad del vínculo afectivo padres-hijos, los cuidados del niño, actitud de los padres en la aplicación del binomio autoridad-afecto.
- Intervenir en las consultas y exponer los derechos de los niños y la inconveniencia de los castigos físicos. Ofrecer la alternativa de la aplicación del castigo conductual.
- Identificar los valores y fortalezas de los padres, reforzando su autoestima.
Prevención
Secundaria: dirigida
a la población de riesgo con el objetivo de realizar un diagnóstico
temprano y un tratamiento inmediato. Atenuar los factores de riesgo
presentes y potenciar los factores protectores.
Se
incluyen:
- Reconocer situaciones de maltrato infantil, estableciendo estrategias de tratamiento.
- Reconocer situaciones de violencia doméstica o de abuso a la mujer y buscar soluciones.
- Reconocer las conductas paternas de maltrato físico o emocional, considerando la remisión de la familia a una ayuda especializada en el manejo de la ira y la frustración.
- Remitir a centros de salud mental a padres con adicción a alcohol y drogas.
Prevención
Terciaria:
consiste en la rehabilitación del maltrato infantil, tanto para los
menores víctimas como para los maltratadores. Para ello se debe
disponer de un equipo interdisciplinario (pediatras, psiquiatras,
psicólogos, trabajadores sociales, orientadores familiares,
terapeutas, jueces de menores, cuerpos policiales, etc.).
EL MALTRATO INFANTIL ES UN PROBLEMA DE TODOS.
29/02/2012
|
'La infancia, un poco más protegida' unicef.es
Inmersos como andamos en tantas tribulaciones, a
veces pasan desapercibidas algunas noticias que nos traen un poco de
aire fresco: el pasado día 19 de diciembre de 2011, la Asamblea
General de Naciones Unidas aprobó el Protocolo
facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo
a un procedimiento de comunicaciones.
Dado su nombre poco amigable, podría parecer un
nuevo trámite burocrático de los organismos internacionales, pero
nada más lejos de la realidad. Se trata de un paso de
gigante para que los derechos de los niños se igualen a los de los
adultos: el nuevo protocolo permite
presentar denuncias individuales o colectivas por violaciones
específicas de estos derechos.
Incluso permite al órgano de vigilancia (el
Comité de los Derechos del Niño) actuar de oficio en casos graves,
pudiendo realizar recomendaciones urgentes a los países sin tener
que esperar como hasta ahora un largo proceso de informes periódicos
que en teoría se produce cada cinco años y en la práctica se
alarga mucho más allá.
Hasta el momento, la Convención sobre los
Derechos del Niño contaba ya con dos Protocolos Facultativos, pero
se referían a aspectos muy concretos (niños soldado y prostitución
infantil). Este nuevo instrumento va mucho más allá y atiende
cualquier situación que pueda afectar a cualquier niño, en
cualquier país del mundo.
Aunque todavía está por redactar el reglamento
que regule este tercer Protocolo, uno de sus principios es que los
niños y niñas puedan, acompañados por adultos o por asociaciones,
presentar sus quejas, mediante un proceso adaptado para ellos. Se
promueven así dos de los principios básicos de la Convención: la
participación infantil y el interés superior del niño.
En la práctica, esto podría suponer por ejemplo
que se podrán presentar denuncias ante el Comité en
casos de ataques masivos contra población civil que estén afectando
a menores de edad. Pero también, sin irnos a
situaciones tan extremas, se podría recurrir al Comité en un país
en el que la justicia sistemáticamente niegue el derecho de los
niños a ser escuchados en los procesos que les afecten (el
caso más claro es el de la decisión de la custodia en los procesos
de divorcio).
Obviamente, el día a día de los millones de niños que cada
día ven vulnerados sus derechos no va a cambiar de la noche a la
mañana. Pero contar con esta herramienta supone un
gran paso, no solo (que también) en lo simbólico,
sino por las posibilidades prácticas que se abren y que esperemos
pronto se empiecen a hacer realidad.